lunes, 27 de febrero de 2017

FugaZes




Entramos en la cabina y estábamos allí solos los dos.
Nos miramos sin hacer otra cosa.
Dos vidas, un instante, la plenitud, la felicidad…
En el quinto piso ella bajó y yo, que continuaba,
comprendí que nunca más la volvería a ver,
que era un encuentro de una vez para siempre
y que aunque la hubiera seguido lo habría hecho como un muerto,
y que si ella se hubiera vuelto hacia mí
lo hubiera podido hacerlo desde el otro mundo.


Encuentro en el ascensor de Vladimir Holan, 
[Traducción  Clara Janés]


jueves, 23 de febrero de 2017

Miradas



Y tal vez nos miraban
los maniquíes y los campesinos,
la multitud de los semáforos 
y los niños del puente 
sin saber que pasaba
nuestro amor en la historia movediza,
palabras rodeadas por los brazos,
la intimidad del vértigo,
el único refugio.

Las palabras son cuevas en la velocidad,
si tienes agua secreta,
sobre todo si surgen del pasado,
como aquel coche rojo 
que subió la ladera
y se detuvo bajo los castaños.

Yo no sé lo que pasa,
pero dejaron de ladrar los perros
y la tarde se hizo más extensa 
detrás del parabrisas:
su primero la ciudad,
su pintura de torres y de cúpulas
en la raya del campo,
luego mansedumbre violeta de luz,
después el infinito.

Luis García Montero
El coche





sábado, 18 de febrero de 2017

EternaL



La eternidad es el lecho infinito
cama donde reposa
un tiempo in-definido
© MaRía

Que tal te va sin mi



A dos velas

jueves, 16 de febrero de 2017

Mujer Océano


Te has perdido quien soy 

lo que estaba dispuesta a entregarte 
te has perdido quien es 
la mujer que ahora tienes delante 



Como suena mi voz 
una tarde de abril y levante 
no me hiciste el amor 
cada vez que era tuya mi sangre 



Como respiro 
como amanezco cuando hay tormenta 
vas tejiendo nudos en el corazón 
para luego pedirme perdón 





Y ahora que llegaron a mi vida con mas fuerza que desgana 
abriéndome camino donde solo había zarzas 
dejándome en los ojos mas miel que en las entrañas 
haciendo carnavales en la esquina de una casa 
dejando que el silencio una vez más se me fuera 
llenándome la boca de pasiones imperfectas 
ahora vienes y me pides que te ayude y te comprenda 
ahora tienes corazón 



Mira lo mejor 
es que en mi mesa nunca faltan margaritas 
he burlado sin mas 
la verdad de que esta vez me necesitas 
he saltado al vacío con alguien que sabe ganarme 
presupones mi momento de sentir 
me comparas con quien nunca conocí. 



Y ahora que llegaron a mi vida con mas fuerza que desgana 
abriéndome camino donde solo había zarzas 
dejándome en los ojos mas miel que en las entrañas 
haciendo carnavales en la esquina de una casa 
dejando que el silencio una vez más se me fuera 
llenándome la boca de pasiones imperfectas 
ahora vienes y me pides que te ayude y te comprenda 
ahora tienes corazón 



Y ahora que llegaron a mi vida con mas fuerza que desgana 
abriéndome camino donde solo había zarzas 
dejándome en los ojos mas miel que en las entrañas 
haciendo carnavales en la esquina de una casa 
dejando que el silencio una vez más se me fuera 
llenándome la boca de pasiones imperfectas 
ahora vienes y me pides que te ayude y te comprenda 
ahora tienes corazón..... 
ahora...

Vanesa Martín

sábado, 4 de febrero de 2017

De monjas y cuervos


Golpean con soles
nada se acopla con nada aquí
y de tanto animal muerto
 en el cementerio de
huesos filosos de mi memoria

Y de tantas monjas como cuervos
 que se precipitan a hurgar
entre mis piernas
la cantidad de fragmentos me desgarra
impuro diálogo
un proyectarse desesperado de la materia verbal
liberada a sí misma
naufragando en sí misma.



El infierno Musical.

 Alejandra Pizarnik 

viernes, 3 de febrero de 2017

Cómo pájaros azules...

Los Ángeles navegan siempre...
Un necesario acontecer los llama
 hacia seguras islas
 de recuerdo y nostalgia.

Ardientes Rosas de los Vientos 
crecen sobre el pecho,
 librado de mármoles tempranos
y una remota música de brújulas 
les traza itinerarios sobre un atlas de nube
,hacia dolientes rumbos de lunas desoladas

Están entre archipiélagos de sombras,
reinando sobre imperios de glaciales contornos

Cruzan la absorta dimensión del aire,
y el alba numerosa que los llevase
 ilumina de pájaros azules.

Los Ángeles, 
sin rostro y sin memoria
navegan por los cauces nocturnos de la sangre.

Un cielo azul,
 invicto y despejado,
cuida su paz de sueños sin fronteras


Delfina Acosta

jueves, 2 de febrero de 2017

Soldado a su cuerpo


   Sus caricias poseían una extraña cualidad. Unas veces eran suaves y evanescentes, otras, fieras, como las caricias que Elena había esperado cuando sus ojos se fijaron en ella; caricias de animal salvaje. 

   Había algo de animal en sus manos, que recorrían todos los rincones de su cuerpo, y que tomaron su sexo y su cabello a la vez, como si quisieran arrancárselos, como si cogieran tierra y hierba al mismo tiempo.

   Cuando cerraba los ojos sentía que él tenía muchas manos que la tocaban por todas partes, muchas bocas tan suaves que apenas la rozaban, dientes agudos como los de un lobo que su hundían en sus partes más carnosas. 


    Él, desnudo, yacía cuan largo era sobre ella, que gozaba al sentir su peso, al verse aplastada bajo su cuerpo.


   Deseaba que se quedara soldado a su cuerpo, desde la boca hasta los pies.

Fragmento de "Delta de Venus"

Anaïs Nin



Fotografía:Mikhail Makarenkov
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